Dos invitadas excepcionales comparten sus experiencias y conocimientos en este nuevo episodio de ‘unPACKed con PMMI en Español’. En una amena conversación moderada por Lilián Robayo, la gerente de Economía Circular de Danone México, Sofía Díaz y la CEO y fundadora de Beyond Work, Ana Lucía Cepeda, intercambian opiniones sobre cómo enfrentar los desafíos laborales mientras se busca un equilibrio entre lo personal y profesional.
¿Cuáles son las claves para lograr una verdadera armonía en estos ámbitos? Encuéntralas en este episodio del capítulo latinoamericano de la Red de Mujeres Líderes en Envasado y Procesamiento (PPWLN), lleno de ideas valiosas, reflexiones profundas y enfoques prácticos.
¡Escuche aquí el episodio ¿Cómo balancear la vida profesional y personal en la industria de empaques? de unPACKed con PMMI en Español!
¡Más de unPACKed con PMMI en Español!
TRANSCRIPCIÓN
Lilián Robayo:
¡Bienvenidos a Unpacked con PMMI en Español! Soy Lilián Robayo, directora de medios para América Latina de PMMI y en este episodio continuamos nuestra serie sobre liderazgo femenino en la industria, abordando un tema de gran relevancia: el equilibrio entre la vida profesional y personal.
Para ello, nos acompañan dos invitadas excepcionales: Sofía Díaz, gerente de Economía Circular y Abasto Sostenible en Danone México, y Ana Lucía Cepeda, CEO y fundadora de Beyond Work. Ambas compartirán sus valiosas experiencias y conocimientos sobre cómo enfrentar los retos laborales mientras se busca un equilibrio entre la vida personal y profesional.
¡Bienvenidas, Sofía y Ana Lucía!
Sofía Díaz:
Hola Lilián, mucho gusto estar aquí.
Ana Lucía Cepeda:
Muchísimas gracias, Lilian, por invitarme a este espacio encantada de compartir con Sofía.
Lilián Robayo:
Bueno, y para adentrarnos de inmediato en este interesante tema que hoy nos convoca, empiezo contigo Sofía, la dimensión de tu trabajo como responsable del área de sustentabilidad en Danone México lógicamente supone una gran dedicación, un gran esfuerzo. Y allí quisiera preguntarte, ¿cómo podemos...? ¿Cómo crees tú, desde tu experiencia, que podemos las mujeres en la industria buscar oportunidades de desarrollo profesional sin sacrificar nuestro bienestar personal?
Sofía Díaz:
Pues como bien dices, he aprendido que equilibrar la vida profesional y personal es un reto constante. Tienes que tener una gestión eficaz del tiempo y establecer prioridades claras, no solo en la parte profesional, sino también personal. Yo uso técnicas de gestión de tiempo y organización para planificar mi semana. Por ejemplo, siempre aparto tiempo para trabajar en mis proyectos, porque si no lo hago, la gente ve tu calendario y empieza a agendar juntas, y entonces piensas: "¿Cuándo voy a trabajar?" Ahí es cuando comienzas a comerte el tiempo que deberías dedicar a tu familia.
Creo que las mujeres en nuestra industria pueden buscar oportunidades de desarrollo profesional sin sacrificar su bienestar personal al aprovechar políticas de trabajo flexible, participar en redes de apoyo y enfocarse mucho en la salud mental y el bienestar, que es algo muy importante para mí. Por ejemplo, trato de apartar tiempo en la mañana para hacer ejercicio, aunque sea solo 30 minutos, porque si no lo hago, no funciono igual; me ayuda a desestresarme y estar bien conmigo misma.
También creo que es fundamental comunicarte bien con tus colegas de trabajo, tanto hacia arriba como hacia abajo. Mis jefes y mis reportes saben, por ejemplo, que a las 3 de la tarde voy por mis hijos a la escuela. Puedo tomar una llamada en ese momento, pero cuando ya estoy con ellos, no porque quiero estar presente. Es crucial tener claros los tiempos de trabajo y los tiempos dedicados a la familia. Evidentemente, si hay algo importante, como una visita de trabajo, ya ves cómo coordinar, pero la mayoría de las veces me bloqueo ese tiempo para hacer ejercicio, estar con mi familia o hacerme un chequeo médico.
Creo que también es importante, estando en una posición de liderazgo, dar el ejemplo, poner límites, saber decir "no" y priorizar. Eso es clave.
Lilián Robayo:
Excelente, Sofía. Aquí quisiera preguntarte, Ana Lucía, en tus publicaciones te refieres a cinco dimensiones de la flexibilidad. ¿En qué consisten estas dimensiones y cómo pueden ayudar a adoptar este equilibrio entre lo laboral y lo personal que menciona Sofía?
Ana Lucía Cepeda:
Sí, definitivamente es un reto, y entre más hijos tienes, más complicado se vuelve, pero se puede. Es cuestión de ajustar las piezas en tu vida personal y laboral. En lo laboral, entra la parte de la flexibilidad: ¿qué pides tú y qué ofreces a cambio? Porque al final del día, esta flexibilidad es una corresponsabilidad entre todas las partes, tanto en tu vida personal, con tu pareja, como en lo laboral, con tus colegas y tu líder.
Las cinco dimensiones de la flexibilidad que menciono son: el lugar, el tiempo, la forma, las funciones y las personas. El lugar: ¿dónde puedo hacer mi trabajo? Puede ser remoto, presencial o híbrido. El tiempo: ¿en qué horario debo estar conectada para cumplir con mis funciones? La forma: ¿cómo realizo mi trabajo? Las funciones: ¿qué tareas realizo y cómo puedo hacerlas de la mejor manera? Y, finalmente, las personas: ¿con quién dependo para lograr mis objetivos?
Después de la pandemia, estamos en un momento muy híbrido, aunque cada vez se vuelve más presencial. Para mí, lo ideal es rescatar lo que funcionó durante la pandemia y mantener ese modelo híbrido. Es crucial discernir qué puede hacerse de forma remota y qué requiere presencialidad, y ajustar eso a tu vida y tus responsabilidades. Una vez que logras discernir y ajustarlo, das un paso más hacia el balance, que más que balance, es la efectividad de tu tiempo y presencia.
Lilián Robayo:
Claro, al final, los resultados son lo más importante. No importa cómo ejecutes tu trabajo, siempre que puedas manejar bien esas dimensiones que mencionas. Sofía, ¿cuáles han sido las estrategias que te han funcionado para reducir la carga que enfrentamos como madres y profesionistas?
Sofía Díaz:
Una parte es lo que haces personalmente, y otra son las políticas de la empresa donde trabajas. En Danone, por ejemplo, tienen una política parental maravillosa. Cuando tuve a mis dos hijos, tuve cuatro meses de licencia pagados y dos meses sin goce de sueldo, lo cual es mucho más de lo que establece la ley en México, que creo que son tres meses en total.
Además, mis dos hijos nacieron en pandemia. Con mi hija Ana, regresé a trabajar un tiempo antes de que empezara el confinamiento, pero el hecho de poder trabajar desde casa fue invaluable. Durante los breaks que antes usabas para ir a tomar un café, ahora podías estar con tus hijos. Ahora que hemos regresado de forma más flexible, se espera que vayamos a la oficina tres días a la semana, pero lo más importante es entregar resultados, no estar en la oficina por estar.
También es fundamental crear redes de apoyo internas y programas de mentoría. En Danone, por ejemplo, hay un grupo de mujeres en operaciones, y hemos tenido pláticas con directivas como Silvia Dávila, nuestra CEO y presidenta de Latam. Además, en mi área creamos un grupo de mamás donde nos damos tips o simplemente nos desahogamos.
La infraestructura en el lugar de trabajo es clave, como contar con una sala de lactancia para aquellas mamás que decidan continuar con la lactancia. Yo la usé y marca la diferencia. También son importantes las guarderías, y si no están en el lugar de trabajo, que haya convenios o descuentos. Mis hijos están en guardería y eso también ayuda mucho.
Finalmente, es crucial compartir la carga con la pareja. Mi esposo y yo trabajamos y dividimos las responsabilidades al 50%. No sé qué haría si tuviera que hacerme cargo del 100% más mi trabajo; probablemente estaría en terapia.
Lilián Robayo:
Qué bien lo que mencionas, Sofía. Y te pregunto en este mismo sentido, Ana Lucía, tú también eres madre de tres hijos. ¿Cuáles son esas estrategias que has implementado para reducir esta carga? Y, sobre un punto que mencionaba Sofía, ¿cómo hacer para que sea mucho menos traumática la transición de las mujeres que regresan al trabajo después de la maternidad?
Ana Lucía Cepeda:
Claro, a diferencia de Sofía, mi experiencia es en una empresa que es propia. Aunque mi empresa ya tiene más de 12 años, eso no me permitió tomar una licencia de maternidad tan larga. Yo me tomé realmente dos meses, y aunque mis socios y el equipo me respetaron ese tiempo, me llegaban correos y daba seguimiento cuando era necesario. Claro que atendía asuntos urgentes, pero siempre traté de desconectarme lo más posible.
Para mí, esos dos meses fueron un escape, y aunque estaba con mis bebés, también me ayudaba revisar algunos temas de trabajo en la noche. Sin embargo, como emprendedora, no puedes desconectarte por completo como otras personas que trabajan en empresas más grandes y tienen mejores políticas de maternidad.
Con mis dos últimos hijos, que nacieron durante la pandemia, fue un poco más fácil porque ya tenía experiencia. Además, el hecho de estar en casa facilitó mucho las cosas. Durante mi tercera maternidad, aproveché el tiempo para editar un libro. Ya lo había escrito, pero me dediqué a pulirlo y la maternidad me dio ese espacio que de otra manera no habría tenido.
En mi caso, ha sido clave tener un sistema de apoyo tanto en lo personal como en lo laboral. No importa si trabajas para una empresa o tienes la tuya propia, necesitas esa red de soporte. Y como decía Sofía, la transición después de la maternidad es un proceso que requiere paciencia. Con mi primer hijo fue un poco más difícil, porque sentía que tenía que estar al 100% con él, pero también quería regresar al trabajo. Ya con el segundo y el tercero, fue más fácil porque ya sabía qué esperar.
Yo siempre digo que tener una mamá que trabaja es un lujo, porque hay muchas cosas que hacemos para estar presentes en el trabajo. Estar ahí a las 8 de la mañana significa que ya hiciste malabares para lograrlo. Si algo falla, como que el colegio se retrase o alguno de mis hijos se enferme, todo se tambalea. Así que es muy importante ser flexible y tener claros tus objetivos.
Si no tienes claro lo que quieres, es fácil que todo el sistema empiece a tambalearse. Por ejemplo, si no te encanta tu trabajo, te preguntas si vale la pena sacrificar tiempo con tus hijos. Es en esos momentos cuando debes recordar por qué haces lo que haces y tener un plan claro, tanto en lo profesional como en lo personal. Así puedes alinear todo y asegurarte de que haya un refuerzo si algo no sale como lo planeado.
Lilián Robayo:
Realmente, a veces las empresas no saben todo lo que está detrás para, como tú dices, estar a la altura. Sofía, mencionaste también el apoyo de las parejas, ¿cómo ven ustedes ese trabajo para que sea un apoyo genuino? A veces también sucede que se generan tensiones. El éxito profesional de las mujeres puede generar tensiones en la relación. ¿Qué piensas al respecto, Sofía?
Sofía Díaz:
Creo que hay que tener una comunicación honesta y abierta con la pareja. Nosotros tenemos discusiones regulares, desde si va a entrar una clase o no, porque luego él dice: "Ay, entra una clase", y yo pues sí, pero ¿quién lo va a llevar? Normalmente, están en after-school, pero si hay una clase extra, tienes que organizarte. Como decía, los dos trabajamos. Por ejemplo, cuando tengo que ir a un viaje de trabajo, lo platico con él. Me dice "ok", y ya me voy porque él se encarga al 100%. También tenemos una red de apoyo: cuando todo tambalea, entran las abuelas, pero tampoco hay que abusar de las abuelas.
Lilián Robayo:
Claro.
Sofía Díaz:
Tampoco se trata de que hagan todo. Creo que también es importante celebrar los logros del esposo, y que él celebre los míos. Él es mi porrista y mi crítico más importante. Y cuando se habla de políticas flexibles, muchos piensan en la mamá, pero no en el papá. Mi esposo, que está en una posición de liderazgo, me decía: "Yo soy el único que tiene una esposa que trabaja. Todos los demás tienen esposas que se quedan a cuidar a los hijos, y no lo entienden". Entonces, creo que hay que trabajar mucho en que la flexibilidad y las políticas sean para papá y mamá, no solo para mamá, porque cada vez hay más papás y mamás que trabajan. Y si a la mamá le dan flexibilidad, pero al esposo no, entonces todo se complica.
Lilián Robayo:
Excelente. Ana Lucía, ¿estás de acuerdo? ¿Qué opinas de eso?
Ana Lucía Cepeda:
Sí, lo tocaste muy bien. Cuando trabajamos con compañías, hacemos consultorías para actualizar las políticas y mejorar el bienestar integral de los empleados, asegurándonos de que haya flexibilidad. Más que programas solo de maternidad, deben ser programas de familia, para que tanto hombres como mujeres puedan acceder a ellos.
Lilián Robayo:
Qué bien. Sofía, regreso contigo. Las políticas empresariales, como las de Danone, son un ejemplo interesante en este sentido. Para ti, ¿cuáles son las políticas clave para que las mujeres puedan encontrar ese equilibrio?
Sofía Díaz:
Danone, en conjunto con el Consejo Coordinador Empresarial y el Pacto Mundial México, ha liderado un grupo de trabajo de Diversidad e Inclusión, que ha generado guías que cualquier empresa puede implementar. Si una empresa quiere ser más diversa e inclusiva, puede seguir estas guías que se dividen en cinco ejes: violencia de género, programas inclusivos, brecha salarial, participación de la mujer, y equilibrio personal y laboral de la mujer. Silvia Dávila, nuestra CEO en Latam, ha impulsado esto mucho, logrando que más de 200 empresas se sumen. Las prácticas que sugieren incluyen horarios flexibles, licencias parentales y programas de cuidado infantil. Con solo implementar estas tres, se ayuda muchísimo a las familias que tienen hijos.
Lilián Robayo:
Totalmente. Avanzar en esas tres ya representa un gran logro. Ana Lucía, ¿cuáles son para ti las políticas que pueden acompañar a las empresas para ayudar a las mujeres en este equilibrio?
Ana Lucía Cepeda:
Definitivamente, para papás y mamás, el periodo extendido de maternidad es crucial. Los 42 días legales no son suficientes. Ahora puedes alargarlo a 84, pero aun así no es suficiente para regresar al trabajo bien. Muchas mujeres tiran la toalla en esos meses, porque regresar al 100% dejando a un bebé de dos meses en casa es muy difícil. Las empresas deberían ofrecer planes de retorno gradual y flexibilidad, ya sea extendiendo la maternidad sin goce de sueldo o permitiendo el regreso a medio tiempo. Un periodo de transición es esencial para que el bebé crezca un poco y para que la mamá pueda adaptarse. Además, la flexibilidad debería ser permanente, y no solo para las mamás, sino para todos. Que todos los empleados puedan ajustar sus horarios según sus necesidades y trabajar por objetivos.
También nos ha pasado que las nuevas generaciones, que no quieren tener hijos tan jóvenes o que no planean tener hijos, piden ese mismo beneficio. Quieren también esos periodos de ausencia, como el que se les da a las mamás. Creo que sería ideal ofrecer un beneficio único una vez en la vida, que cualquier persona pueda usar, ya sea para tener hijos o para tomarse un tiempo personal, como sabáticos o diplomados.
Lilián Robayo:
Sí, parece que todo está pensado para la familia tradicional, pero hay un cambio muy grande en la sociedad. ¿Qué tanto ves, Ana Lucía, que las empresas en México y América Latina están implementando políticas pensando en personas que no necesariamente quieren tener hijos?
Ana Lucía Cepeda:
Cada vez hay más conciencia, pero es un proceso lento porque México sigue siendo un país conservador y machista. A veces catalogan a los jóvenes como que no quieren trabajar, pero cuanto más lo pidan, más natural será que las empresas lo ofrezcan. Las empresas se están ajustando, pero hay un tema ahora con el regreso al trabajo presencial. Muchas empresas están reduciendo la posibilidad de trabajar de forma híbrida o remota, y eso le pega a todos. Es importante no perder lo que aprendimos durante la pandemia sobre el trabajo remoto, porque realmente funciona.
Lilián Robayo:
Totalmente. Relacionado con eso, hemos visto que el teletrabajo tiene grandes beneficios. Sofía, ¿crees que ha tenido un impacto positivo en el equilibrio personal y profesional? ¿Cuáles serían las mejores prácticas para gestionarlo?
Sofía Díaz:
A mí el trabajo híbrido me ha hecho una gran diferencia. Hay juntas que deben ser presenciales, como entrenamientos, talleres o sesiones creativas. Pero, por ejemplo, para presentaciones o trabajar en hojas de Excel, me concentro mucho más en casa. En la oficina tiendo a platicar más y no logro concentrarme. También creo que en el teletrabajo muchas veces tienes una junta tras otra sin pausas, y eso te agota. Es importante hacer pausas y no tener todas las sesiones seguidas. Además, creo que los líderes necesitan capacitación para implementar bien el teletrabajo, con reglas claras y feedback constante de los empleados.
En Danone, tenemos que ir tres días a la oficina, pero es flexible mientras cumplas con tu trabajo. Lo que me funciona a mí es ir en la mañana a la oficina y en la tarde trabajar desde casa, lo cual también me ayuda a evitar el tráfico terrible de la Ciudad de México.
Lilián Robayo:
Gracias, Sofía, Ana Lucía. ¿Estás de acuerdo con esa visión de Sofía sobre el teletrabajo?
Ana Lucía Cepeda:
Sí, claro, definitivamente. Se trata de aprovechar mejor las horas del día y que a todos les funcione mejor. Es justo como dice Sofía: "Tengo una junta temprano, me voy cuando ya no hay tráfico, regreso cuando no hay tráfico y ahorro 1:30 de mi vida en el carro". Y ese tiempo lo uso para trabajar. Definitivamente. El punto aquí también es que hay empresas que siguen aceptando esto, pero de repente te encuentras con líderes de la vieja escuela que ya no quieren usarlo, que no quieren adoptar el teletrabajo.
Lilián Robayo:
Ustedes han mencionado muy bien la importancia de las redes, tanto internas como externas. Sofía, ¿cómo podemos las mujeres en la industria de empaque, en la que tú trabajas, construir y mantener esas redes de apoyo para que sean realmente efectivas?
Sofía Díaz:
Como mencionaba, tenemos grupos de mentoría en Danone y también un grupo informal de WhatsApp donde nos desahogamos, damos recomendaciones, etc. También, fuera del entorno laboral, es importante asistir a eventos y hacer networking. Incluso en LinkedIn, seguir a mujeres que también son mamás. Pero no es solo seguir, sino también dar algo a cambio. Esto del networking no es simplemente tener el contacto y ya. Se trata de dar seguimiento, de cultivar la relación, ofrecer apoyo y recibir apoyo también. Por ejemplo, yo tengo una amiga con hijas más grandes, y cada vez que cambio de etapa la llamo y le pido consejos. Me dice cómo lo hace, me da tips, me calma. Es parte de este networking. También tengo colegas que tienen hijas mayores, y les pregunto cómo manejaban las vacaciones escolares cuando sus hijos ya estaban en primaria. Mis hijos están en guardería, pero cuando entren a primaria será diferente: hay muchos días libres, como los viernes primero de mes, el día del maestro, etc. Es mucho sobre construir estas relaciones, preguntar y no tener miedo de pedir ayuda y consejo, ser vulnerables.
Lilián Robayo:
Ana Lucía, Bolsa Rosa ha sido muy premiada justamente por su trabajo en equidad de género. ¿Cuál ha sido el aporte más importante de Bolsa Rosa en cuanto a equidad, inclusión y flexibilidad laboral, que la ha hecho merecedora de estos reconocimientos?
Ana Lucía Cepeda:
La verdad es que hemos abierto caminos y roto muchas barreras y paradigmas. No hay otra plataforma igual que vincule a mujeres profesionales con empleos flexibles. Fuimos las primeras en abrir este mercado de la flexibilidad laboral, ofreciendo vacantes flexibles, y eso ha sido un parteaguas. Creamos un portal para mamás que buscan empleos con esquemas flexibles, ya sean trabajos de tiempo completo con flexibilidad, medio tiempo o jornadas híbridas o corridas. Hay muchos grises en la flexibilidad, no solo el trabajo remoto. Nuestro portal es único en México y América Latina, y eso ha marcado una gran diferencia. Hemos trabajado con cientos de empresas para cambiar su cultura laboral y adoptar la flexibilidad de manera correcta, aplicándola de arriba hacia abajo, para que tanto hombres como mujeres se beneficien.
Además, capacitamos a las mujeres dentro de las empresas para que puedan crecer profesionalmente. Todo esto ha sido un parteaguas en el mercado laboral, algo que no existía antes. Bolsa Rosa ha generado más de 8,000 empleos para mujeres en los últimos 10 años, lo que ha generado un ingreso anual que antes no existía para muchas familias mexicanas. Ese es el impacto directo e indirecto que hemos logrado, y por eso la empresa ha sido tan reconocida. El impacto social ha sido muy, muy grande, y eso es lo que nos motiva como compañía.
Lilián Robayo:
Y con esto llegamos al final de este episodio. Quiero agradecer a nuestras invitadas, Sofía y Ana Lucía, por compartir sus valiosas experiencias y perspectivas. Hemos explorado temas clave como la flexibilidad laboral, la equidad de género, y la importancia de las redes de apoyo, tanto dentro como fuera del entorno laboral. Sofía, nos recordaste la importancia de cultivar esas relaciones que nos ayudan a avanzar, no solo en nuestras carreras, sino también en nuestra vida personal. Ana Lucía, nos mostraste cómo Bolsa Rosa ha sido pionera en abrir oportunidades de empleo flexible, rompiendo paradigmas y creando un impacto social tangible. Gracias a las dos por su tiempo y por compartir su conocimiento y experiencia. Y gracias a nuestra audiencia por acompañarnos nuevamente en unpacked con PMMI en Español. ¡Nos vemos en el próximo episodio!