El encuentro es una oportunidad decisiva para acordar reglas globales. Desde 2022, más de 170 países han participado en las negociaciones del Tratado Global sobre la Contaminación por Plásticos, lideradas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este proceso, que busca establecer reglas comunes para abordar toda la cadena de valor del plástico —desde la producción hasta su disposición final—, ha sido reconocido como un paso crucial hacia una economía circular para los plásticos.
En la más reciente ronda de negociaciones, celebrada en noviembre de 2024 en Busan (INC-5.1), se lograron avances significativos en temas como las obligaciones centrales del tratado y los mecanismos de apoyo para su implementación. Sin embargo, el tiempo no fue suficiente para cerrar un texto definitivo, lo que motivó la convocatoria de una nueva sesión: INC-5.2, que tendrá lugar en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
Se espera que esta reunión permita cerrar un texto de consenso que sirva como base para la Conferencia de Plenipotenciarios, prevista para finales de 2025, donde se formalizaría la adopción del tratado global.
Avances, retos y puntos en discusión hacia el tratado global contra la contaminación por plásticos
El tratado busca establecer una respuesta global coordinada a la crisis de contaminación por plásticos, que afecta ecosistemas marinos y terrestres, la salud humana y la sostenibilidad económica. A diferencia de los enfoques actuales, fragmentados y en gran medida voluntarios, este acuerdo pretende ser legalmente vinculante, con reglas armonizadas y mecanismos claros de seguimiento.
Entre los aspectos centrales en discusión están:
- La eliminación de productos plásticos problemáticos y químicos preocupantes.
- La promoción de modelos de reutilización y el rediseño de envases.
- La mejora de sistemas de recolección y reciclaje.
- La creación de un fondo internacional de apoyo para la implementación en países con menos recursos.
Más de 300 empresas han respaldado la creación de un tratado ambicioso, al igual que numerosos gobiernos, organizaciones científicas y grupos de la sociedad civil. La Coalición Empresarial para un Tratado Global de Plásticos ha subrayado que un marco legal fuerte impulsará la inversión y permitirá escalar soluciones existentes de forma más eficiente.
Rob Opsomer, director de la iniciativa de plásticos de la Fundación Ellen MacArthur, destacó que “tras años de trabajo con gobiernos, ONG y empresas, sabemos que las soluciones existen. El desafío ahora es implementarlas a gran escala, y este tratado representa nuestra mejor oportunidad para hacerlo”.
Próximos pasos hacia un tratado definitivo contra la contaminación por plásticos
La sesión INC-5.2 comenzará con consultas regionales el 4 de agosto y se extenderá hasta el 14 del mismo mes. Se espera que esta reunión permita consolidar un texto de consenso que será la base del acuerdo final. En caso de lograrse, este sería el primer instrumento internacional legalmente vinculante centrado exclusivamente en la contaminación por plásticos, con el potencial de transformar la forma en que se diseñan, producen y gestionan estos materiales a escala global.
Una campaña global para visibilizar la urgencia del tratado
En paralelo al proceso diplomático, también se han intensificado los esfuerzos para generar conciencia pública. La Fundación Ellen MacArthur lanzó la campaña “Turn the Tide on Plastic Pollution”, una iniciativa visual y digital que busca reflejar la magnitud del problema y la importancia de alcanzar un acuerdo global. A través de imágenes como la icónica obra “Plastic-berg” del artista Jorge Gamboa, la campaña enfatiza la necesidad de actuar colectivamente para rediseñar el sistema de producción y uso de plásticos.