El mundo enfrenta una avalancha de residuos plásticos que podría agravarse drásticamente en las próximas décadas si no se toman medidas urgentes. Así lo advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que lidera esta semana una nueva ronda de negociaciones en Ginebra para alcanzar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante que detenga la contaminación plástica en todas sus formas.
“No reciclaremos para resolver la crisis de la contaminación por plásticos”, afirmó de forma contundente Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. “Necesitamos una transformación sistémica para lograr la transición a una economía circular”.
El impacto de la contaminación plástica ya es visible en los océanos, los ecosistemas y los cuerpos humanos. Cada año, millones de toneladas de productos de un solo uso como popotes, bolsas y envases terminan en vertederos o flotando en el mar, con consecuencias nefastas para la vida marina y la salud.
Un tratado tan crucial como el Acuerdo de París
Los defensores del tratado comparan su importancia con la del Acuerdo de París sobre el cambio climático. La propuesta de acuerdo abarca el ciclo completo del plástico, desde el diseño y producción hasta su eliminación, con el objetivo de “promover la circularidad de los plásticos y prevenir su fuga al medio ambiente”, según el texto base de las negociaciones.
En total, se debaten 32 artículos distribuidos en 22 páginas, línea por línea, durante diez días de intensas discusiones que se extenderán hasta el 14 de agosto. El Comité Intergubernamental de Negociación (INC, por sus siglas en inglés) reúne a delegaciones de 170 países, y con más de 1.900 participantes de organizaciones observadoras, científicos, representantes de la industria y activistas ambientales.
El costo humano y económico de la contaminación por plástico
Jyoti Mathur-Filipp, secretaria ejecutiva del INC, subrayó la urgencia: “Los cálculos indican que solo en 2024 la humanidad consumió más de 500 millones de toneladas de plástico. De esta cantidad, 399 millones de toneladas se convertirán en residuos”. Además, alertó que “el costo de los daños causados por la contaminación plástica podría ascender a un total acumulado de 281 billones de dólares entre 2016 y 2040”.
Estos impactos subrayan la urgencia de un tratado internacional. Las conversaciones en Ginebra representan un momento decisivo para convertir esta ambición en un marco legal concreto.
El camino hacia un tratado global
Esta sexta ronda de negociaciones en Ginebra da continuidad a un proceso iniciado en 2022, con sesiones previas en Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur. Las conversaciones se reanudan con el liderazgo del embajador ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, presidente del Comité, en busca de cerrar un acuerdo en el menor tiempo posible.