Tratado Global de los Plásticos impulsa transformación del modelo económico

Otro aspecto del Tratado Global de Plásticos, destacado por María Alejandra González en el panel, es la falta de unanimidad que existe hoy sobre los puntos de la cadena que deben ser monitoreados y la necesidad de crear definiciones estandarizadas de los datos recopilados, para poder compararlos globalmente, independientemente de que se trate de un país europeo o latinoamericano. “Hoy en día un gran reto consiste estandarizar en primer lugar las definiciones, que lo puede proveer de alguna forma el tratado; y también definir cuáles son los puntos de control; dónde se debe generar la información para reportar y para sea comparable de alguna forma con el resto de los datos”, afirmó la coordinadora regional de Políticas del Plástico de la fundación WWF. 

Los caminos

En la resolución firmada en Nairobi, Kenia, el pasado 2 de marzo se abre la oportunidad para que todas las partes interesadas en el tema de los plásticos contribuyan con sus visiones, que sirvan para construir una definición de las medidas y de sus objetivos y alcance.  María Alejandra González expuso en su intervención tres bloques temáticos que se abordarán en los ejes centrales del Tratado.

El primero de ellos se centra en la producción de los plásticos. Las discusiones sobre este punto avanzan, de acuerdo con la coordinadora regional de Políticas del Plástico de la fundación WWF, hacia la definición de si se abordará desde la perspectiva de establecer límites a la producción de plástico virgen, incentivando la circularidad, o a través de una definición más precisa de los estándares que existen para los residuos sólidos.

Un segundo bloque temático, para el que se requerirá también la adopción de medidas especiales, se relaciona con la circularidad, el diseño para la reciclabilidad, los sistemas de retorno, las leyes de responsabilidad extendida del productor (REP) e incentivos al uso de contenidos reciclados. En este último aspecto, María Alejandra González señaló su importancia ante el hecho de que sigue siendo más económica la producción de artículos y empaques plásticos a partir de plástico virgen que a partir del reciclado.

El tercer bloque se relaciona, de acuerdo con la exposición durante el panel, con la gestión de los residuos sólidos, para el cual será necesaria la creación de medidas de control para su manejo seguro. Adicionalmente, explicó la coordinadora regional de Políticas del Plástico de la fundación WWF, deberán definirse los medios para la implementación del Tratado y el respaldo que tendrán los países signatarios, en especial los que se encuentran en vía de desarrollo, para que puedan implementar las medidas de cumplimiento obligatorio.

Oportunidades para la región

A pesar del alcance global que tendría el Tratado sobre Plásticos en el que se avanza hoy, una parte importante de las acciones para su cumplimiento debe hacerse desde los ámbitos local y nacional. “Cuando se definan los planes de acción que vienen dentro del acuerdo global, va a ser muy importante tener en cuenta qué han hecho los países, dónde han sido exitosos y reconocer, sobre todo, los contextos nacionales”, explicó María Alejandra González. Pero visto en el contexto regional, su carácter vinculante dará lugar a buenas oportunidades, en especial de un cambio en el modelo económico.

María Alejandra González, coordinadora regional de Políticas del Plástico de la fundación WWF, una de las participantes en panel "Tratado Global sobre Plásticos: Cómo nos impactará a todos", en el marco de "Sustainability in Packaging Latin America 2022".

En México, dijo Izarelly Rosillo, un impacto muy relevante se daría sobre el ciclo de vida de los elementos de la naturaleza, pues en el país el agotamiento y la degradación de los recursos naturales equivale al 5,3% del PIB nacional. “Otra oportunidad muy importante para América Latina es detonar un modelo de economía circular que tenga un reflejo de las condiciones de nuestros países”, expresó, “Es una oportunidad; existe un cambio de modelo económico en camino, y rechazarlo es cambiar la oportunidad de integrarse al nuevo enfoque de pensamiento y a la nueva realidad planetaria que tenemos en cuanto a la disponibilidad de los recursos”.

Un objetivo central del Tratado es que por su carácter legalmente vinculante incentive el desarrollo de planes de acción nacionales. En México, afirmó Izarelly Rosillo, regiría 17 planes de acción nacionales y subnacionales que tienen características geográficas y condiciones políticas diferentes, pero que son la línea base. “México está desarrollando actualmente el plan REMAR (Plan Nacional de Recursos Marinos y Contaminación Plástica) a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y la línea base de plásticos, para identificar cuáles son los puntos críticos de contaminación, y dónde están las fugas de plástico terrestre que se van al océano, Ya se mapearon cuántos ríos contaminados en este momento hay en el país, el enfoque que se tiene de contaminación de estos ríos, la vulnerabilidad y la disponibilidad del residuo que se va al océano, y esto es un área de oportunidad, porque de ahí se van a generar los mecanismos de implementación y los puntos adicionales”.  

Por su enfoque de ciclo de vida de los plásticos, el Tratado abre oportunidades para todos los actores de la cadena. Para la industria, en particular, la homogenización de estándares y regulaciones, a largo plazo, le permitirá realizar inversiones de innovación y desarrollo, sin tener que enfrentar cambios que generen retrocesos en lo que se ha avanzado ya. Igualmente, existen oportunidades para el desarrollo de la infraestructura, en particular para la recolección y gestión de los residuos plásticos. A estas buenas proyecciones se suma la posibilidad de disponer ampliamente de información. “Una oportunidad para todos es poder tener acceso a datos y reportes transparentes; creo que es una oportunidad para las empresas, la sociedad civil, y los gobiernos. Y finalmente también una oportunidad para nosotros como WWF de seguir trabajando en educación y sensibilización y en el cambio del consumidor, que también hace parte de esta transformación de sistema”, afirmó María Alejandra González.

Mark Minneboo, director regional para América Latina de Plastic Oceans, actuó como moderador de la conversación que sostuvieron las representantes de la WWF y las Naciones Unidas, conocedoras a fondo de los temas de regulación de los plásticos en México y en el mundo.

La resolución fue ya firmada, y avanza el trabajo para consolidar el Tratado y sus consideraciones. Mark Minneboo, consultado sobre sus expectativas de que se concrete, se mostró optimista y señaló que “el gran desafío es saber en cuánto tiempo podemos generar ese cambio, ojalá con todas las empresas y toda la sociedad civil a bordo para hacerlo lo más pronto posible. De forma colaborativa podemos lograrlo, no cada sector por su lado”.