Reciclaje con pirólisis: una ruta con grandes proyecciones para empaques circulares

Carlos Ludlow, CEO de Enval, y creador de la pirólisis inducida por microondas para envases flexibles, incluyendo laminados, comparte su visión de los alcances del reciclaje químico como alternativa para recuperar desechos de empaque de difícil reciclaje.

Con la aplicación de la pirólisis inducida por microondas, como se denomina esta tecnología de Enval Ltd. que fue desarrollada originalmente en la Universidad de Cambridge, se abre un amplio campo de acción hacia el procesamiento de materiales que a la fecha no son reciclables, en especial los que provienen de empaques flexibles.
Con la aplicación de la pirólisis inducida por microondas, como se denomina esta tecnología de Enval Ltd. que fue desarrollada originalmente en la Universidad de Cambridge, se abre un amplio campo de acción hacia el procesamiento de materiales que a la fecha no son reciclables, en especial los que provienen de empaques flexibles.

En la lucha incesante que se adelanta en el mundo contra los efectos de la agresión al medioambiente, la diversidad de enfoques es una fuente constante de controversia, pero también de emprendimientos y de tecnologías innovadoras, como la de la compañía  Enval Ltd., con sede principal en Huntingdon, Reino Unido. La ausencia de acciones colaborativas adelantadas por los distintos actores involucrados en las cadenas de producción y consumo parece dificultar el logro de avances significativos que ayuden a mitigar o a revertir los impactos negativos sobre el entorno.

La urgencia, sin embargo, es manifiesta; y quizá donde más se evidencian los avances hacia el desarrollo de estrategias de alto impacto para la protección del medioambiente es en los esfuerzos por crear tecnologías innovadoras para el reuso eficiente de materiales, que puedan reincorporarse a las cadenas de producción.

Carlos Ludlow Palafox, creador de la tecnología de pirólisis inducida por microondas.Carlos Ludlow Palafox, creador de la tecnología de pirólisis inducida por microondas.

Con un sentido crítico y realista, Carlos Ludlow Palafox —quien ha desarrollado una solución única patentada de pirólisis inducida por microondas para envases flexibles (incluyendo laminados con aluminio), que recupera de los desechos de empaques aceite proveniente del plástico y del aluminio listo para ser reutilizado— trazó en su conversación con Mundo PMMI un panorama muy claro de las posibilidades que hoy se abren en el mundo con la tecnología de pirólisis; tecnología que ha creado y desarrollado en Enval Ltd., empresa derivada después de sus estudios en la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido. 

Facilitar el camino

La preocupación por el cuidado del medioambiente aún está lejos de ser ampliamente acogida por la sociedad y el cambio de hábitos de los ciudadanos parece una tarea de dimensiones descomunales para la que no se dispone de mucho tiempo. De ahí la importancia de una perspectiva como la que expresa Carlos Ludlow Palafox cuando señala que, “de alguna forma tenemos que hacer que todas las actividades humanas sean menos impactantes en el medioambiente sin que eso dependa de la actitud o de los usos y costumbres de las personas”. Ampliando su punto de vista, el director de Enval Ltd. pone un énfasis especial en la importancia de desarrollar soluciones alternativas. “Si al mismo tiempo hacemos que exista mayor educación, que la gente se preocupe más, todo va a ser ganancia. Pero no vamos a cambiar los usos y costumbres de siete mil millones de personas en el mundo de la noche a la mañana, así que tenemos que hacer algo antes por esos empaques plásticos», afirma este ingeniero químico de la Universidad Iberoamericana de México, y doctorado en Ingeniería Química de la Universidad de Cambridge.

Además de las innovaciones que las marcas realizan permanentemente para mejorar la funcionalidad y sustentabilidad de sus empaques, el desarrollo de nuevas tecnologías está abriendo la posibilidad a que muchos plásticos que hasta hace poco no encontraban alternativas para su reciclaje puedan aprovecharse como materia prima que se reincorpore en la cadena de producción. «En muchos casos, los empaques plásticos flexibles pueden no ser aprovechables con las tecnologías actuales de reciclaje, pero son excelentes desde el punto de vista medioambiental. ¿Para qué tratamos entonces de cambiarlos sin haber hecho nada por intentar desarrollar la tecnología para reciclarlos?», se pregunta Carlos Ludlow Palafox antes de contarnos la trayectoria de su revolucionario desarrollo tecnológico. “Si tenemos empaques de plástico flexible que nos costaron años y mucho dinero para desarrollar, y que además son muy efectivos en la protección de alimentos, no tiene mucho sentido insistir en la búsqueda de remplazos y de hacer grandes cambios en las cadenas, cuando tenemos la habilidad de aprovecharlos mediante nuevas tecnologías de reciclaje químico”, añade.

Calentamiento positivo

Cuando Ludlow Palafox comenzó su trabajo en el mundo de los empaques se enfocó en el desarrollo de un proceso pirolítico para el reciclaje de plásticos, un emprendimiento que en aquel momento no resultaba suficientemente atractivo económicamente. «Los plásticos provienen del petróleo, que tiene una infraestructura enorme ya instalada—explica Carlos— y competir en ese campo es muy complicado cuando uno se pone a pensar en residuos, separación, reprocesamiento, etcétera; esto se compara con una infraestructura gigantesca que toma el crudo que sale del suelo, lo lleva a las refinerías y lo pasa por las plantas de polimerización para tener plástico nuevo y barato».

Una respuesta a dicha dificultad fue el empleo del proceso de pirólisis para el reciclaje del aluminio presente en los materiales compuestos de muchos empaques: «En Enval Ltd. desarrollamos la pirólisis en un momento en el que era financieramente ineficiente, porque no teníamos qué hacer con los aceites del plástico; De ahí que iniciáramos con aluminio, pero ahora las cosas han cambiado y los aceites que generamos del plástico han adquirido mucho valor».  

La pirólisis consiste en el calentamiento del plástico en un ambiente sin presencia de oxígeno, donde las moléculas del plástico se rompen en fracciones más pequeñas. «Como los compuestos que se usaron para crear el plástico provienen del petróleo crudo, entonces, si los plásticos se rompen a nivel molecular nuevamente, se genera un aceite que se parece químicamente, que termina siendo muy semejante a lo que se encuentra en el petróleo crudo. En otras palabras, se está despolimerizando el polímero, el plástico», explica Carlos Ludlow Palafox. Esos aceites se pueden reincorporar en la fabricación de nuevos plásticos, aunque «por supuesto, no todos los plásticos son buenos candidatos porque al separar sus componentes se obtienen sustancias indeseadas, pero en combinación con procesos de reciclaje mecánico, la pirólisis se convierte en un catalizador de la economía circular».

“Si tenemos empaques de plástico flexible que nos costaron años y mucho dinero para desarrollar, y que además son muy efectivos en la protección de alimentos, no tiene mucho sentido insistir en la búsqueda de remplazos y de hacer grandes cambios en las cadenas, cuando tenemos la habilidad de aprovecharlos mediante nuevas tecnologías de reciclaje químico”, dice Carlos Ludlow Palafox.“Si tenemos empaques de plástico flexible que nos costaron años y mucho dinero para desarrollar, y que además son muy efectivos en la protección de alimentos, no tiene mucho sentido insistir en la búsqueda de remplazos y de hacer grandes cambios en las cadenas, cuando tenemos la habilidad de aprovecharlos mediante nuevas tecnologías de reciclaje químico”, dice Carlos Ludlow Palafox.Mecánica versus química