Primer empaque para bebida achocolatada en polvo diseñado para ser reciclado, en América Latina

En un proceso de más de 3 años, Nestlé junto con Amcor desarrollaron un empaque flexible diseñado para el reciclaje que abre prometedoras perspectivas para aplicaciones en distintos productos en otros países de América Latina y el mundo.

El nuevo empaque ofrece una reducción en la huella de carbono de 53 %, y de hasta 84 % en el consumo de agua al ser reciclado, ofreciendo a la vez una alta protección de barrera frente a la humedad.
El nuevo empaque ofrece una reducción en la huella de carbono de 53 %, y de hasta 84 % en el consumo de agua al ser reciclado, ofreciendo a la vez una alta protección de barrera frente a la humedad.
Nestlé

Nestlé lanzó en Colombia la primera solución de empaque diseñado para el reciclaje, para su modificador lácteo achocolatado en polvo de su marca Milo®, en sachets de 25 gramos. La innovación hizo su debut en mayo pasado y comprende un enfoque de empaque justo a la medida, Fit for Purpose, y la implementación de sistemas que permitan su retorno a la cadena de producción.

Nestlé separa globalmente a sus filiales por zonas, cada una de las cuales adelanta iniciativas orientadas a cumplir el propósito corporativo de llegar en el año 2025 a tener 100% de sus materiales de empaque diseñados para reciclarse o reutilizarse. En Singapur, un Centro de Tecnología de Producto de Nestlé ayuda a las distintas regiones a materializar sus ideas, colaborando de cerca en los procesos de diseño, investigación y desarrollo.

En América Latina, específicamente en la región andina, los proyectos para la circularidad en los empaques tuvieron este 2021 un gran avance con el desarrollo y puesta en el mercado de este empaque diseñado para ser reciclado para el popular MILO®, una solución pionera en la región para este tipo de producto. Mauricio Sánchez, gerente de Sustentabilidad en Empaques de Nestlé para Colombia y Ecuador, quien forma parte del equipo que lideró la materialización de la nueva solución de empaque, habló con Mundo PMMI acerca del proceso, desafíos y sus repercusiones.

Producto de alta complejidad

La elección del modificador lácteo en polvo Milo® como producto en el cual aplicar el desarrollo del nuevo empaque reciclable de Nestlé supuso distintos retos que fue necesario superar por medio de diversos ensayos e investigaciones. “Lo primero fue desarrollar un estudio de conservación en la costa Caribe, para asegurar la totalidad del tiempo de vida del producto”, señala Mauricio Sánchez. La información que se buscaba era crucial por las características y propiedades del producto, como el ser altamente higroscópico. “Cuando se cierra inadecuadamente, el modificador en polvo absorbe humedad y se endurece, y es eso lo que debe cuidarse para asegurar la calidad y vida del producto”, explica el gerente de Sustentabilidad en Empaques de Nestlé para Colombia y Ecuador.

La aproximación para solucionar este reto por parte del equipo de Nestlé en Colombia se había dado mediante la realización de ensayos de reducción del porcentaje de aluminio en las estructuras. En este punto del proceso entró en escena Amcor, fabricante de empaques flexibles con presencia global y un marcado enfoque hacia la sustentabilidad y la economía circular. En sesiones conjuntas, especialistas de las dos empresas iniciaron sesiones de innovación, de las cuales surgió la propuesta única e innovadora que se presentó al Centro de Tecnología de Producto en Singapur, y que hoy es una realidad en el mercado colombiano.

Un proceso articulado

En el segundo semestre de 2019, Nestlé y Amcor definieron la estructura de la película para el empaque de Milo, luego de evaluar sus propiedades y de realizar comparaciones con desarrollos adelantados en otras regiones del mundo. Una vez completados los análisis correspondientes, el paso siguiente fue gestionar el proceso de compra de los materiales necesarios para que Amcor realizara las primeras pruebas en máquinas y aplicara los acondicionamientos necesarios. “Se hicieron numerosas corridas en las máquinas y se implementaron los ajustes requeridos en las mordazas, en el componente neumático para asegurar la presión, y más adelante pruebas de transporte. En total fueron 12 meses de pruebas continuas”, recuerda Mauricio Sánchez.