Del botón de George al toque de Robotina: así diseña el futuro del empaque la inteligencia artificial
En EXPO PACK Guadalajara 2025, Hernán Braberman llevó al público por un viaje fascinante en el que la inteligencia artificial no es una amenaza, sino una oportunidad para rediseñar el mundo del empaque y su impacto en la sociedad.
Ø La IA industrial ya está aquí: controla plantas, toma decisiones y reduce desperdicio sin intervención humana constante.
Ø La personalización masiva es posible: gracias a la IA, es viable producir empaques únicos sin sacrificar eficiencia.
Ø La IA democratiza el diseño: hoy, es posible para todos generar propuestas visuales con herramientas accesibles.
Ø Creatividad aumentada, no suplantada: la IA expande las posibilidades del diseñador, no lo reemplaza.
Ø La iteración se vuelve infinita: diseñar con IA es como tener un equipo creativo que nunca duerme.
Durante la jornada de cierre del programa Keynotes EXPO PACK, el público de EXPO PACK Guadalajara 2025 asistió a una presentación inolvidable. Hernán Braberman, socio y director creativo de la agencia de diseño Tridimage, ofreció una conferencia estratégica que, lejos de ofrecer recetas fáciles, encendió una chispa de disrupción entre los asistentes.
Bajo el título “Transformación digital y reinvención de los profesionales del empaque: ¿qué nos depara el futuro?”, Braberman desglosó cómo la inteligencia artificial está reconfigurando tres ejes clave del empaque: producción, sostenibilidad y diseño. Con una mezcla singular de calidez, referencias culturales y casos reales, su presentación propuso una idea poderosa: el futuro no se espera, se diseña.
Tres historias, una visión transformadora
Braberman, reconocido internacionalmente por su visión creativa e innovadora, recurrió a una imagen poderosa para abrir la charla: su infancia frente al televisor, viendo Los Supersónicos. “El futuro no es lo que imaginamos”, dijo, “es lo que construimos. Y suele llegar tan gradualmente que apenas lo notamos”. Con esta premisa, invitó a los asistentes a mirar el presente con ojos de futuro.
La estructura de la conferencia fue tan creativa como efectiva. Braberman narró tres historias inspiradas en el universo de Los Supersónicos, que reflejan los cambios radicales que atraviesa hoy el mundo del empaque. Cada historia representó uno de los tres ejes de transformación: manufactura inteligente, sostenibilidad accionable y creatividad amplificada.
1. EL BOTÓN DE GEORGE: EFICIENCIA SIN CIENCIA FICCIÓN
En la primera de sus tres historias, titulada El botón de George, Hernán Braberman apeló a la memoria colectiva de quienes crecieron viendo Los Supersónicos. George Jetson, empleado de una fábrica de cohetes espaciales, pasaba sus agotadoras tres horas semanales de trabajo presionando un solo botón. Esa caricatura del futuro automatizado parecía exagerada y cómica… hasta que la realidad se adelantó.
Braberman compartió una anécdota reciente: la visita a una planta de última generación en la industria alimentaria. Allí, frente a una pantalla, un operario supervisaba un sistema de inteligencia artificial que controlaba toda la línea de producción. Al preguntarle cuándo intervenía, la respuesta fue simple y contundente: “Casi nunca”. El sistema toma miles de decisiones por segundo, decisiones que antes requerían el juicio de unas 50 personas. El futuro ya no es un dibujo animado: está aquí, y funciona mejor de lo que imaginamos.
La revolución logística: el ajedrecista virtual
La primera gran transformación impulsada por la IA, explicó Braberman, está ocurriendo en el ámbito logístico. Un ejemplo paradigmático es Amazon, cuyos centros de distribución no ordenan productos por categorías, como lo haría un humano, sino siguiendo patrones detectados por inteligencia artificial. La IA reubica productos para que aquellos que se compran juntos estén más cerca entre sí, optimizando tiempo y esfuerzo. Aún más sorprendente, antes de que el consumidor haga clic en comprar, el sistema ya ha anticipado su decisión, desplazando productos a centros cercanos para agilizar la entrega.
La comparación con un maestro de ajedrez no es casual: el sistema prevé jugadas antes de que sucedan, adaptándose en tiempo real. Esa misma lógica empieza a aplicarse en el empaque, donde la IA reorganiza recursos, rediseña procesos y ajusta operaciones a demandas futuras.
Automatización que aprende y decide
Mientras que Los Supersónicos mostraban un modelo de automatización repetitiva, la realidad actual está mucho más avanzada. La inteligencia artificial permite a las máquinas aprender, adaptarse y tomar decisiones por sí mismas. Esta evolución cuestiona uno de los dogmas industriales más arraigados: que la eficiencia depende de la uniformidad. Al contrario, explicó Braberman, la IA permite abordar la variabilidad como una ventaja.
Un ejemplo notable es el reto del empaque de productos como la carne o las pizzas, que varían en forma, peso y humedad. Gracias a sistemas de visión artificial y algoritmos de IA, las máquinas pueden analizar cada pieza individualmente y adaptar el empaque en tiempo real. El resultado: hasta 40% de ahorro en materiales y 30% de aceleración en el proceso.
Esto transforma por completo nociones como “artesanal”, “personalizado” o “único”, que antes se asociaban a procesos costosos y de baja escala. Hoy, la IA permite ofrecer soluciones únicas a gran escala y con eficiencia industrial.
Mantenimiento predictivo: ver lo invisible
Braberman también reveló un “secreto” de la industria: la revolución en el mantenimiento de maquinaria. Tradicionalmente, se intervenía cuando algo se rompía (mantenimiento reactivo) o se seguía un calendario fijo (mantenimiento preventivo). Ambos métodos son costosos y poco eficientes.
Hoy, gracias a la IA, es posible hacer mantenimiento predictivo. En una planta de la empresa Metsa Board en Finlandia, un sistema alertó que un componente fallaría en seis semanas. Aunque no había signos visibles de daño, los técnicos revisaron la pieza… y encontraron una falla microscópica que habría generado una catástrofe. El sistema había visto lo invisible.
El futuro que estamos construyendo
Con esta primera historia, Braberman dejó claro que la inteligencia artificial no es una promesa futurista, sino una herramienta concreta que ya está transformando las operaciones industriales. Su potencial no se limita a hacer más de lo mismo, sino a hacerlo mejor, de forma más flexible, eficiente y personalizada. “Y todo esto —afirmó— sin necesidad de presionar un solo botón.”
2. LA CIUDAD EN LAS NUBES: SOSTENIBILIDAD CON LOS PIES EN LA TIERRA
En su segunda historia, La ciudad en las nubes, Hernán Braberman nos invita a mirar hacia Orbit City, el hogar utópico y flotante de los Supersónicos. Un lugar impecable, ordenado y libre de contaminación… pero misteriosamente desconectado de la superficie terrestre. “¿Por qué nunca veíamos lo que pasaba abajo?”, se preguntó Braberman. “¿Había quedado inhabitable por el daño ambiental?” Esa reflexión, más cercana a una advertencia que a la ciencia ficción, sirvió como punto de partida para explorar uno de los mayores retos que enfrenta hoy la industria del empaque: construir un futuro verdaderamente sostenible.
La pregunta de Maia
El relato se tornó personal cuando Braberman compartió una conversación con su hija Maia, de 10 años. Ella le mostró una botella y le preguntó: “Papá, ¿a dónde va esto cuando la tiramos al contenedor verde?” La respuesta automática fue optimista: “Va a un centro de reciclaje para convertirse en otra cosa”. Pero la pregunta de seguimiento —“¿Como otra botella?”— lo dejó sin palabras. “No supe qué decirle con certeza”, confesó. Porque la verdad es que la gran mayoría del plástico no se recicla como se cree, y mucho menos se convierte en nuevos envases.
Braberman reconoció que, tras tres décadas en la industria, había oído hablar de sostenibilidad desde hace años. Pero ahora, por primera vez, la preocupación ambiental se ha vuelto parte de la conversación cotidiana de las personas. Y en ese contexto, afirma, la inteligencia artificial puede ser clave para cerrar el círculo.
Desafío uno: usar mejor los materiales
El director de Tridimage tomó como ejemplo a un gigante del comercio electrónico que ha sido históricamente criticado por enviar cajas enormes con productos pequeños y rellenos innecesarios. Sin embargo, esta empresa ha comenzado a utilizar un motor de decisiones de empaque basado en IA. Este sistema analiza cada pedido de forma individual y permite ahorrar hasta un 35% del material de empaque, adaptando el tamaño, el tipo y la estructura del paquete según las necesidades específicas de cada envío.
Este enfoque no se limita a empaques más pequeños: se trata de un rediseño completo de los sistemas, materiales y procesos. Braberman lo describió como una convergencia entre automatización, diseño estructural y sostenibilidad, donde los equipos multidisciplinarios desarrollan soluciones inteligentes que impactan cada paquete que llega a manos del consumidor.
Desafío dos: facilitar el reciclaje real
El segundo gran obstáculo es lograr que reciclar sea verdaderamente fácil. “Los humanos somos criaturas de comodidad”, señaló. “Si es complicado, no lo hacemos; si es confuso, lo ignoramos”. Aquí es donde la IA puede transformar la experiencia. Mostró como ejemplo TrashBot, una solución que utiliza visión computacional y robótica para identificar automáticamente el tipo de residuo y separarlo correctamente, sin intervención humana. El consumidor simplemente arroja el empaque, y la máquina hace todo lo demás.
Braberman destacó que este tipo de automatización puede eliminar la confusión en el punto de descarte, uno de los principales factores que generan contaminación cruzada y dificultan el reciclaje eficiente.
Desafío tres: rastrear y mejorar lo que reciclamos
Pero no basta con facilitar el reciclaje. Es necesario mejorar su calidad. Aquí, Braberman presentó la tecnología de Polytag, un sistema que aplica etiquetas con tinta UV a los empaques, permitiendo rastrear cada pieza de plástico a nivel de código de barras dentro de las plantas de reciclaje. Esta trazabilidad precisa genera datos nunca antes disponibles sobre qué, cuándo y dónde se recicla realmente, lo que permite tomar mejores decisiones, tanto empresariales como regulatorias.
Su recomendación fue categórica: “No podemos mejorar lo que no podemos medir”. Por eso, contar con un pasaporte digital del empaque es esencial para avanzar hacia un sistema verdaderamente circular.
El futuro del reciclaje ya está aquí
Para cerrar esta historia, Braberman presentó Amp One, una planta de clasificación de residuos completamente automatizada que utiliza inteligencia artificial para distinguir cientos de materiales y combinaciones. A través de sistemas de visión y chorros de aire programables, la planta puede clasificar residuos con una precisión sin precedentes, incluso separando por grado de pureza y tipo de uso previo. Esto permite convertir materiales reciclados en nuevos envases en lugar de usarlos solo para productos de baja calidad, como bancas o cercas.
¿Orbit City o algo mejor?
“Quizás no terminemos viviendo en las nubes como los Supersónicos”, concluyó Braberman, “pero con tecnologías como estas, podemos aspirar a algo mucho mejor”. Su historia La ciudad en las nubes no fue una advertencia pesimista, sino una invitación esperanzadora: utilizar la inteligencia artificial no para escapar del planeta, sino para cuidarlo. Y, desde el mundo del empaque, ser protagonistas de esa transformación.
3. EL TOQUE DE ROBOTINA: CREATIVIDAD AUMENTADA, NO REEMPLAZADA
En la tercera y última historia de su conferencia, Hernán Braberman rinde homenaje a su personaje favorito de Los Supersónicos: Robotina. No solo era eficiente y multifuncional, también era empática, colaborativa y, sobre todo, complementaria. “Robotina no reemplazaba a la familia Jetson”, dice Braberman. “La potenciaba. Y ese es el mismo rol que imagino para la inteligencia artificial en el diseño: una aliada que amplifica nuestra creatividad, no que la sustituye”.
Con El toque de Robotina, Braberman describe cómo la IA está transformando el mundo del diseño, especialmente en las agencias de marca y empaque. Lo que antes era un proceso lineal, costoso y prolongado, hoy puede convertirse en una experiencia dinámica, colaborativa y con impacto en tiempo real.
Una revolución creativa en marcha
Así como Photoshop democratizó el diseño gráfico en los años 90, herramientas como Soul Food están permitiendo que cualquier persona —sin importar si es diseñador o no— le entregue a un sistema los datos de su marca, público y estilo deseado, y reciba en segundos decenas o cientos de propuestas visuales. Muchas aún requieren retoques, pero están peligrosamente cerca de ser arte final. “Faltan 15 minutos para que se conviertan en algo usable”, advierte Braberman. “Y eso está elevando el estándar del diseño en todo el mundo”.
Y no se trata solo de velocidad. En este nuevo escenario, las pequeñas marcas pueden competir con los gigantes. Por ejemplo, un equipo que trabajaba una colaboración con el rapero Snoop Dogg no lograba encontrar una imagen que capturara la esencia buscada. En lugar de resignarse o pagar otra costosa sesión de fotos, alimentaron un sistema con cientos de imágenes del artista y le pidieron sintetizar un nuevo retrato. El resultado: una imagen inédita, precisa, y completamente generada por IA.
Nuevas herramientas para nuevas formas de crear
Braberman describió en su presentación tres tipos de herramientas de IA en diseño:
Producción: Para visualizar una idea en segundos. Actúan como asistentes que materializan conceptos casi instantáneamente.
Exploración: Amplían el rango creativo, proponiendo rutas visuales inesperadas. Son como equipos creativos que nunca duermen.
Iteración: Permiten un ida y vuelta fluidas entre humano y máquina. Uno sugiere, el otro propone, mejora, afina. “Es como trabajar con un colaborador que piensa distinto”, explica.
Una muestra clara del potencial de estas herramientas es el caso de la marca de snacks Boulder Canyon, que enfrentaba una caída en ventas. Utilizando IA, los diseñadores desarrollaron múltiples versiones del empaque y luego probaron cada una mediante tecnologías como eye-tracking y simulaciones de góndola. El rediseño final aumentó las ventas en un 55%, sin cambiar nada más. “Diseño con datos, no con opiniones”, resume Braberman.
Diseño coherente a escala global
Pero ¿cómo mantener una identidad visual coherente cuando se trabaja con cientos de diseñadores en todo el mundo, como es el caso de Coca-Cola? Aquí entra en juego Project Fizzion, una iniciativa que convierte las guías de marca en modelos inteligentes, capaces de anticipar combinaciones correctas de elementos gráficos, aplicar ajustes en cascada en una campaña y garantizar consistencia visual sin fricción. “Diseñadores humanos siguen siendo los conductores”, aclara Braberman. “La IA solo facilita el camino, adaptándose a su ritmo creativo”.
El nuevo ciclo de innovación: más rápido, más preciso
La IA no solo está cambiando la forma en que diseñamos, también acelera radicalmente los ciclos de innovación. Lo que antes tomaba 24 meses —desde una idea hasta su llegada a la góndola— hoy puede suceder en menos de un año. ¿Cómo? Gracias a conceptos como los gemelos digitales de consumidores: simulaciones virtuales que replican comportamientos, gustos y reacciones reales. Con ellos, es posible probar conceptos, medir intención de compra y optimizar mensajes visuales en cuestión de horas.
Grandes marcas están adoptando motores de innovación autónomos que combinan datos propios, tendencias de redes sociales, investigaciones científicas y capacidades de manufactura para generar propuestas de alta relevancia y validarlas rápidamente. Resultado: hasta 25% más tasa de éxito en innovación, explicó Braberman.
Un envase que transforma vidas
Braberman cerró su historia con un caso profundamente humano: el desarrollo de un empaque para una mermelada de tuna producida por una comunidad de mujeres en situación de vulnerabilidad en Argentina. Con tecnología de impresión digital e IA generativa, crearon 5.000 etiquetas únicas que rinden homenaje a las mujeres del proyecto. Cada frasco tiene además un chip NFC que conecta a la historia de la productora e incluso permite donar. “Un humilde frasco de mermelada puede cambiar vidas”, dijo Braberman. Y ese es el verdadero poder de la tecnología cuando se pone al servicio del impacto positivo.
La IA no piensa por nosotros, nos impulsa
Al terminar su relato, Braberman dejó clara su visión: no se trata de humanos vs. máquinas, sino de humanos con máquinas. “La IA es como el motor del auto. Nosotros seguimos al volante, pero ahora podemos viajar a la velocidad de la imaginación”. Para él, esta revolución no inhibe la creatividad; la amplifica, la democratiza y la acerca a todos.
Así, al igual que en su infancia frente al televisor viendo a los Supersónicos, Braberman sigue maravillado por un futuro que —esta vez— sí nos alcanzó. Pero ahora, gracias a la inteligencia artificial, ese futuro ya no es solo de fantasía: es un presente lleno de posibilidades.
Destácate del resto: ¡Descubre las novedades en empaque y procesamiento!
En PACK EXPO Las Vegas, encuentra maquinaria en funcionamiento, tecnología de 2.300 proveedores, expertos de la industria y soluciones que transforman. Acompáñanos este septiembre y experimenta los avances en empaque y procesamiento.