Inspirados en insectos como las libélulas y las cigarras, que cuentan en sus alas con nanopilares de puntas romas que combaten las bacterias, científicos de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, diseñaron una solución al problema de la contaminación bacterial de los alimentos, que promete mejorar su duración y reducir su desperdicio cuando se aplique a escala industrial.
La profesora Elena Ivanova, de la Universidad RMIT informó que como resultado del trabajo de un equipo de investigación se logró aplicar con éxito en un material sintético la propiedad presente en las alas de los insectos. “Hemos creado ahora una nanotextura que imita el efecto de destrucción de las bacterias que tienen las alas de los insectos, y logramos retener su poder antibacterial al aplicarla sobre plástico. Este es un gran paso hacia una solución de empaque natural, no química y antibacterial para las industrias de alimentos y manufacturera”, se señala en la comunicación de la Universidad RMIT acerca del nuevo desarrollo.
El proceso de eliminación de las bacterias replica la manera en que una estructura nanopilar actúa cuando una bacteria se posa en el ala de una libélula o una cigarra. En ese momento el patrón de nanopilares separa las células, rompiendo sus membranas y destruyéndolas. “Es como estirar un guante de látex,”, explicó la doctora Ivanova, “a medida que se extiende, los puntos más débiles en el látex se vuelven más delgados y finalmente se rompen”. Para evaluar la capacidad antibacterial en el material plástico, los investigadores monitorearon las células de las bacterias en laboratorios avanzados de microscopia y microanálisis.