El proceso a alta presión (HPP) está ganando interés entre los fabricantes de alimentos y bebidas, ya que los consumidores demandan cada vez más sabores frescos, alimentos mínimamente procesados y etiquetas limpias. Aprovechando la tendencia de la salud y el bienestar, HPP es una técnica de pasteurización en frío que sumerge el producto envasado en agua y lo somete a una presión de agua fría de hasta 87.000 psi, eliminando los agentes patógenos que contiene sin dañar el sabor, los nutrientes o la textura del producto. Si bien puede parecer una alternativa ideal a las tecnologías tradicionales de preservación térmica y química, la HPP puede ser una tecnología muy costosa y solo es adecuada para ciertos tipos de productos. A continuación presentamos los factores que los fabricantes de alimentos y bebidas deben tener en cuenta para integrar con éxito la tecnología HPP en sus operaciones y obtener los beneficios para sus marcas.
“HPP: Producción bajo presión”
El proceso de HPP no es barato, pero los fabricantes que lo usan dicen que vale la pena la inversión para garantizar que sus productos sean seguros para los clientes, libres de patógenos y tengan una vida útil más larga. Aconsejan a los usuarios potenciales estar al tanto de los problemas de infraestructura para este equipo pesado; costos de mantenimiento continuo; y desafíos de procesamiento, como la serialización de todos los medios y la carga incorrecta.
“Procesamiento a alta presión: en lugar de pasteurización”
La consultora en alimentos y bebidas Jill Costelow arroja luz sobre cómo los fabricantes pueden comenzar a usar HPP, lo que incluye cómo trabajar con los procesadores por encargo de HPP, y los avances que se están haciendo en la tecnología de HPP, como el uso de empaques a granel y temperaturas más altas.