Constellation Brands, el gigante estadounidense detrás de marcas icónicas como Corona, Modelo Especial y Pacífico, enfrenta tiempos de incertidumbre. El anuncio reciente del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 25% a la cerveza enlatada y a las latas de aluminio vacías importadas ha encendido las alarmas en la empresa, cuyas operaciones dependen en gran medida de estos insumos y productos provenientes de México.
Aunque la compañía registró buenos resultados en su cuarto trimestre fiscal 2025 —superando las expectativas con ingresos por 2,16 mil millones de dólares—, sus proyecciones para los próximos años reflejan una desaceleración. Para el año fiscal 2026, anticipan un crecimiento en ventas netas de cerveza de apenas entre 0% y 3%, un drástico ajuste frente a sus previsiones anteriores de entre 2% y 4%, y muy por debajo de los crecimientos de años anteriores. El presidente y director ejecutivo de Constellation Brands, Bill Newlands recalcó que esperan un “crecimiento plano” en el mediano plazo en el mercado de la cerveza y que la situación macroeconómica mejore el siguiente año.
El costo oculto de los aranceles
Los efectos de los aranceles trascienden el mero encarecimiento del aluminio. Constellation Brands enfrenta una doble presión: por un lado, los mayores costos de importación; por otro, un consumidor más cauteloso, particularmente dentro del mercado hispano, que representa cerca del 50% de su negocio cervecero en Estados Unidos.
Constellation Brands se apoya en una lealtad que ha sido históricamente fuerte por parte del consumidor hispano. Sin embargo, esa fidelidad no es inmune a los desafíos económicos. El gasto de este grupo demográfico se ha contraído en áreas como restaurantes, ropa, viajes y artículos del hogar, lo cual impacta indirectamente la venta de cerveza, producto típicamente asociado a actividades sociales y de esparcimiento.
Garth Hankinson, director financiero de la empresa explicó en una conferencia con analistas de la industria que las actividades sociales, que son espacios clave de consumo, están también disminuyendo. El directivo explicó además que, según encuestas internas, dos tercios de los consumidores latinos expresan preocupación por el aumento en los precios de productos esenciales como alimentos y gasolina, lo que se traduce en una baja en el gasto discrecional.
Apuestas tácticas ante la adversidad
Ante este panorama, Constellation Brands ha optado por una serie de medidas para mitigar los efectos negativos derivados de los aranceles y la desaceleración del consumo. Una de las estrategias más inmediatas ha sido el ajuste en los precios de su portafolio cervecero, con incrementos que oscilan entre el 1% y el 2%. Si bien esta medida busca compensar el alza en los costos de importación y materias primas, representa un riesgo en un entorno donde los consumidores son cada vez más sensibles al precio.
Paralelamente, la compañía ha puesto en marcha un plan de reducción de costos operativos, con el objetivo de alcanzar un ahorro neto de 200 millones de dólares anuales para el año fiscal 2028. Esta iniciativa abarcará toda la organización y busca fortalecer su división más rentable: la cerveza.
En el segmento de vinos y licores, donde las ventas cayeron un 7% durante el año fiscal 2025, Constellation ha iniciado un proceso de desinversión, enfocándose en eliminar las marcas de bajo rendimiento. Un ejemplo de ello es la venta de Svedka Vodka, concretada en diciembre. Sin embargo, más allá del recorte, la empresa planea reposicionar su portafolio apostando por etiquetas premium, con precios superiores a los 15 dólares, confiando en que la tendencia hacia la premiumización del consumo pueda ofrecer márgenes más sólidos en el mediano plazo.
El impacto de las políticas comerciales impulsadas por Donald Trump no solo se mide en los costos inmediatos de producción. Para una empresa como Constellation Brands, que basa el 78% de sus ingresos en la cerveza importada de México, el contexto arancelario y la incertidumbre que genera tienen consecuencias profundas en la estrategia, las inversiones y el crecimiento. Incluso, la compañía estima una reducción del 40% en su gasto de capital para el año fiscal 2027 y del 35% en 2028, reflejando una mayor cautela ante un entorno regulatorio y económico volátil.